
TANGO...SENCILLAMENTE NUESTRO.
COMO DOS EXTRAÑOS
Todo cuanto somos proviene de nuestros pensamientos.
Con nuestros pensamientos hacemos el mundo.
Habla y actúa con una mente impura y tendrás problemas,
Como la rueda que va detrás del buey que tira del carro.
Somos lo que pensamos.
Todo cuanto somos proviene de nuestros pensamientos.
Con nuestros pensamientos hacemos el mundo.
Habla y actúa con una mente pura y la felicidad te acompañará
Como tu sombra, constantemente.
Dhammapda
Recuerda esto : recobra tu niñez. Todo el mundo suspira por ello , pero nadie hace nada por recobrarla. ¡todos suspiran por ello! la gente continúa diciendo que la infancia es un paraíso y los poetas siguen escribiendo poemas sobre la belleza de la infancia. ¿Quién te lo impide? ¡Recóbrala! Coge esta oportunidad y recóbrala.
La poesía no te ayudará y el recordarla no te servirá de nada. ¿Por qué no volver a ella? ¿Por qué no ser de nuevo un niño? te digo que si eres capaz de volverte de nuevo un niño empezarás a crecer de una forma distinta. Por primera vez estarás realmente vivo. Y en el instante en que tienes ojos de niño, los sentidos de un niño, joven, vibrando con la vida, la vida al completo vibrará contigo. recuerda, es tu vibración la que necesita transformación. El mundo está siempre vibrando en éxtasis, solamente ocurre que tú no estás en sintonía con ello. El problema no es con el mundo, es contigo : tú no estás en sintonía. El mundo está danzando, siempre en celebración, a cada instante está de fiesta. La fiesta prosigue por toda la eternidad, solamente ocurre que no estás sintonizado con ella. Te has separado de ella y te has vuelto muy serio, muy erudito, muy maduro. Estás cerrado.
¡Despréndete de este caparazón! Fluye de nuevo en la corriente de la vida. Cuando llegue la tormenta los árboles danzarán, tú también danzarás. cuando llegue la noche y todo esté oscuro, tú También te oscurecerás. Y por la mañana cuando el sol salga, déjalo que también salga dentro de ti. Sé como un niño y disfruta, sin pensar en el pasado.
Un niño nunca piensa en el pasado. en realidad no tiene pasado en el que pensar. Un niño no está preocupado por el futuro, no posee consciencia del tiempo. Vive totalmente despreocupado. Se mueve momento a momento y nunca se queda con algo incompleto. Cuando se enfada, se enfada y en su enfado le dirá a su madre, "Te odio." Y no son sólo palabras, son la realidad. En verdad, en ese instante el siente un odio total. Al instante siguiente se saldrá de él y se pondrá a reír y besará a su madre y le dirá , "te quiero." No hay contradicción. Son dos momentos diferentes. Odiaba totalmente y ahora ama totalmente. Fluye como un río, zigzagueando, pero esté donde esté, dondequiera que esté el río, él es total, fluye.
Durante estos días sé como un niño, total. Si odias, odia; si amas, ama; si te enfadas, enfádate, y si estás alegre , entonces está alegre y baila. No acarrees con nada del pasado. Permanece fiel al momento, no anheles el futuro. Durante estos ocho días, abandona el tiempo. ¡Abandona el tiempo!
Por eso es por lo que te digo que no seas serio, porque cuanto más serio eres, más consciente eres del tiempo. Un niño vive en la eternidad, no existe el tiempo para él. No se da ni cuenta de él. Estos ocho días serán una verdadera meditación si abandonas el tiempo. Vive momento a momento y sé auténtico con ello.
Sé juguetón. Será difícil, porque estás muy estructurado. tienes una armadura a tu alrededor y es muy difícil el aflojarla, relajarla. No puedes bailar, no puedes cantar, no puedes simplemente saltar, no puedes ni gritar ni reír ni sonreír. Incluso aunque desees reír querrás antes tener algo de lo que reírte. Deberá haber alguna causa, solamente entonces serás capaz de llorar y sollozar.
Deja el conocimiento de lado, deja a un lado tu seriedad, sé absolutamente juguetón durante ocho días. No tienes nada que perder. Si no ganas nada, tampoco perderás nada. ¿Qué puedes perder siendo juguetón? pero te digo esto : nunca serás de nuevo el mismo.
Mi insistencia en ser juguetón se debe a esto : quiero llevarte de vuelta al mismo punto en que dejaste de crecer. ha habido un punto de tu infancia en el que dejaste de crecer y empezaste a ser falso. Puede que estuvieras enfadado, de mal humor, enojado y que tu madre o tu padre dijera, "¡No estés enfadado! ¡No es correcto!" eras natural, pero se creó una división y una elección se te presentó. Si hubieras seguido siendo natural nunca hubieras obtenido el amor de tus padres.
Durante estos días deseo devolverte al lugar en que empezaste ha ser "bueno" en vez de ser natural. Sé juguetón para que recuperes tu infancia. será difícil porque tendrás que dejar de lado tus máscaras, tus rostros, tendrás que dejar de lado tu personalidad. pero recuerda, la esencia puede afirmarse solamente cuando la personalidad no está presente, porque tu personalidad se ha convertido en tu prisión. déjala a un lado. Será doloroso, pero vale la pena porque con ello renacerás. Y no hay renacimiento posible sin dolor. Si estás realmente decidido a renacer, entonces acepta el riesgo.
La humildad es el hilo con el que se encadena la gloria.
El que no valora la vida no se la merece.
Si planta una semilla de amistad, recogerá un ramo de felicidad.
El que sabe corresponder a un favor recibido es un amigo que no tiene precio.
La esperanza es el sueño de los que están despiertos.
Quienes piden lógica a la vida se olvidan de que es un sueño. Los sueños no tienen lógica. Esperemos a despertar.
El que hace reír a sus compañeros merece el paraíso.
“Reír es arriesgarse a parecer tonto”. Bueno, ¿y que? Los tontos se divierten muchísimo.
“Llorar es arriesgarse a ser tildado de sentimental”. Por supuesto que soy sentimental, y me encanta. Las lágrimas son una gran ayuda.
“Acercarse a otro es arriesgarse al compromiso”. ¿Por qué es un riesgo comprometerse? Yo anhelo comprometerme.
“Exponer los sentimientos es arriesgarse a mostrar la verdadera personalidad”. ¿Qué otra cosa tengo para mostrar?
“Amar es arriesgarse a no ser amado a cambio”. Yo no amo para que me retribuyan con amor.
“Vivir es arriesgarse a morir”. Estoy preparado par eso. Que nadie se atreva a derramar una solo lagrima cuando se entere de que Buscaglia voló por los aires o cayo muerto, porque lo hizo con entusiasmo.
“Confiar es arriesgarse a sufrir desesperanza, e intentar es arriesgarse a fracasar”. Pero hay que correr riesgos, porque el mayor error en la vida es no arriesgar nada. La persona que nada arriesga no hace nada, no tiene nada, no es nada y se convierte en una nada. Podría esquivar el sufrimiento y el dolor, pero simplemente no puede aprender, no puede sentir, cambiar, madurar, amar ni vivir. Encadenado a sus certezas, se transforma en un esclavo. Ha perdido su libertad. Solo el que arriesga es verdaderamente libre.
Del libro “Vivir, Amar y Aprender” de Leo Buscaglia Llévame volando a la Luna |
ESPACIO DE CREACIÓN LIBRE
Voy andando por un sendero.
Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae.
Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa.
Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.
Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo
Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos... Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto.
Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...
Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad.
Me recuerda a mí mismo... cuando era niño.
Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?
El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?
Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú.
JORGE BUCAY